Los objetos más cotidianos tienen siempre un uso alternativo si caen en manos de un niño. La imaginación de los pequeños de la casa hace que cualquier cosa pueda ser otra y que la diversión esté en todas partes.
Os ponemos algunos ejemplos…
Zapato = Teléfono
Pero el de un adulto, porque el de un niño es demasiado pequeño para servir como teléfono. Aunque puede pasar de la oreja a la boca en dos segundos y convertirse en un alimento lleno de deliciosa suciedad.
Bañera = WC
Será el agua, que están en la misma habitación o vete tú a saber el qué, pero a veces uno se confunde y pasa lo que no tiene que pasar…
Pared = Lienzo
Un graaaaaan lienzo en blanco en el que plasmar sus mejores obras. Basta una pintura, rotulador, pinta labios, o cualquier material parecido para sacar su lado más artístico y pintarte un mural que ni las Meninas de Velázquez.
Desatascador = Micrófono
Los niños no tienen conciencia ninguna de para qué sirve este cacharro, y si lo supieran esperamos que no hiciesen lo que hacen. Tiene una forma parecida a un micro así que, por qué no vamos a usarlo como tal…
Seguro que en vuestras casas encontráis más ejemplos, ¿verdad?