Raúl Bermejo da clase en el Colegio Árula de Madrid a niños de cuatro años y en su clase nadie se porta mal.
Hoy en día la enseñanza es bastante crítica, y hay niños que sufren si no saben escribir una letra correctamente o no saben resolver una suma simple.
Esta frustración, lejos de hacer que los niños mejoren, les crea miedos ante el aprendizaje. Cada uno es un mundo y en ellos el desarrollo madurativo no es el mismo.
Así que Raúl decidió hacer algo al respecto y enseñar al mundo lo que ayuda a un niño otro tipo de aprendizaje más creativo y colaborativo. Se hizo una cuenta de Instagram y empezó a contar su día a día en el aula.
Los niños aprenden todo lo que tienen que aprender, pero se divierten haciéndolo porque juegan, que es principalmente lo que tiene que hacer un niño a los cuatro años.
Juegan a inventar palabras, a definirlas, hacen cuentas con plastilina, y crean verdaderas obras de arte pringándose de pintura.
El programa que están desarrollando se llama ‘Creatividad’ y ahora también está empezando a aplicarse en primaria y secundaria, porque ser más mayor no significa que haya que dejar de jugar.
Y a nosotros nos encanta que se lleven a cabo estas iniciativas porque, como bien dice Raúl en una entrevista para El Huffington Post, el sistema educativo está planteado de una manera que no se tienen en cuenta las emociones, la creatividad, el talento y las inteligencias múltiples. Hay que acabar con los pupitres y con los exámenes. Tener en cuentan las características del niño, dejarle investigar. Menos trabajo individual y más cooperativo.
Otro año más volvemos a poner en marcha el Concurso de Escaparates Cayro. Y ya vamos por la tercera edición en la que Jugueterías, papelerías y tiendas ponen toda su creatividad y los juegos de Cayro para decorar un escaparate de premio, en el que vosotros decidís con vuestros votos cuál os gusta más y quién creéis que debe ser el ganador.
¿Y cuál es el premio?
Pues este año la cosa se pone interesante porque el ganador al mejor escaparate elegido por votación popular a través de nuestro perfil de Facebook –aquí– podrá disfrutar de una Smart Box para dos personas. Pero lo mejor de este regalo es que el ganador podrá escoger la Smart Box que más le guste y disfrutarla como y con quien quiera, con un valor de hasta 200€.
Todos los que queráis echar una manos a las jugueterías y tiendas participantes en el concurso, solo tenéis que entrar en el álbum “III Concurso Escaparates Cayro 2015” y darle me gusta al escaparate que más os guste y que creáis que es el que debe ganar el concurso.
Todos los escaparates están muy trabajados y estamos encantados con el resultado de cada uno de ellos, con personalidad y sacando el mayor partido a cada uno de nuestros juegos. Así da gusto.
¡Vamos jugones! Tenéis hasta el próximo día 9 de diciembre a las 15:30h para votar y participar.
Ya sabéis que desde que empezó la vuelta al cole nos hemos volcado con la concienciación de hacer ver que más deberes no significa mayor rendimiento, sino todo los contrario. Y así lanzamos nuestra campaña #Deberes4Horas. –Podéis verla aquí–
Pero desde hace ya algunos años son muchas las organizaciones y grupos de padres que se han volcado en intentar conseguir que se reduzcan las horas de deberes de nuestros hijos y que tengan más tiempo libre para poder dedicarlas a otras actividades que les gusten o por la que tengan curiosidad, para jugar con sus amigos en el parque, leer e incluso aburrirse. Pero sobre todo para desconectar y llegar al día siguiente al cole con más ganas.
Ahora, ha sido una propia madre la que hace apenas un mes puso en marcha una petición en change.org, la plataforma social de peticiones más grande del mundo, para recoger firmas a favor de la racionalización de los deberes en el sistema educativo español. Con casi 185.000 firmas, Eva Bailen ha conseguido llegar a una gran cantidad de medios de comunicación y hacer eco de la noticia gracias a un video que se ha hecho viral y que mira desde otra perspectiva en cuanto al tiempo que los niños dedican a hacer deberes después del horario escolar.
Pero como en todos los ámbitos, hay opiniones de todo tipo y de esto nos hemos dado cuenta a través de vuestra participación en redes sociales, creando debate y compartiendo la opinión personal de cada uno, algo que nos encanta.
Muchos padres o profesores piensan que eliminar los deberes de los escolares sería una equivocación porque no cogen hábitos de estudio o no se acostumbran a unas responsabilidades o una rutina.
En Cayro sabemos que esto es importante para la enseñanza de los más peques, pero no olvidemos que siguen siendo niños, que necesitan dar rienda suelta a su imaginación y creatividad y esto no siempre se consigue haciendo deberes, sino dejándoles jugar. Porque a través del juego también se aprende, es una herramienta indispensable para su desarrollo intelectual y social.
Con esto no estamos diciendo que deberían eliminarlos por completo, pero sí considerar la cantidad de tiempo que siguen empleando en casa después de todo el día en clase. Porque evidentemente ellos también necesitan poco a poco ir cogiendo responsabilidades, pero debe haber tiempo para todo. Es nuestro punto de vista y queríamos compartirlo con vosotros.
Septiembre es un mes de “entrenamiento” para la vuelta a la rutina, pero ahora que ya todo ha vuelto a la normalidad, nuestros hijos van todo el día al colegio y las clases extraescolares también están a la orden del día… desde Cayro nos preguntamos, ¿es necesario que nuestros hijos traigan a casa tantos deberes? o ¿dedicar muchos horas de extra a seguir haciendo trabajo para casa? ¿No será mejor para ellos que desconecten y se diviertan? ¿Jugar?
Son niños, no lo olvidemos.
Así que vamos a rebobinar… Aquellos años en los que nosotros éramos los peques de la casa, cuando volvíamos del colegio y nuestra madre nos preparaba el bocadillo de Nocilla y un zumo para bajarnos directos al parque. A jugar, como toda la vida se ha hecho.
Corríamos, jugábamos al escondite, a las tabas, al tres en raya. Nos convertíamos en piratas, celebrábamos cumpleaños y nos ensuciábamos hasta las orejas de tierra y barro. Y no pasaba nada, al día siguiente volvíamos a clase para seguir aprendiendo. Pero, ¿ y todo lo que además hemos aprendido jugando?
Pero parece que ahora todo se complica. Nunca hay tiempo para nada y los niños van locos de un sitio de a otro. Salen de clase para meterse en otra o sentarse en el escritorio de su habitación para seguir haciendo deberes. Que oye, no estamos diciendo que nos parezca mal que repasen o acaben ejercicios en casa, pero todo con moderación.
Os ponemos un ejemplo. Os vais a trabajar y cuando llega la hora de salir y de volver a casa, cuando piensas que “eres libre” llega tu jefe y te dice que esto, esto y esto lo tienes que traer hecho para mañana… y tu te vas con tu cara de ¿WTF?
Uno de los últimos resultados que ha presentado la Organización para la Cooperación y el Desarrollo económicos (OCDE) constata que España es el quinto país con más deberes frente al resto de países, con una media de 6’5 horas semanales frente a 4’9 horas. Y ya son muchos los colectivos y asociaciones que están en contra de los deberes, como es el caso de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa) a miles de familias agrupadas en 11.000 asociaciones de toda España que están en contra de los deberes y denuncian que se han convertido en “una prolongación de la jornada escolar”.
Desde Cayro queremos hacer esta breve reflexión para ver los distintos puntos de vista y darnos cuenta de qué es lo mejor para nuestros hijos. Siempre hemos defendido el juego como medio de aprendizaje, una forma divertida de que nuestros hijos se entretengan, se diviertan y sin que les suponga una obligación o un esfuerzo, aprendan o repasen lo que están aprendiendo con sus profesores en el colegio. Y así, seguir formando parte a través del juego de la enseñanza de nuestros peques.
Jugar fomenta la creatividad, abre la mente de nuestros hijos a través de pequeños retos, de buscar soluciones, de plantear problemas, escribir, leer y aprender mucho a través del juego. Y un ejemplo de ello es la gamificación en las aulas y también en las empresas, un tema del que ya hemos hablado aquí.
Nosotros queremos empezar a cambiar este “problema” y darle una solución mucho más divertida, ¿te unes a la partida? 😉
El bulling, el acoso por internet, el insulto y la burla entre niños por cualquier cosa está a la orden del día. Lo complicado es ver como habitual esta actitud en la sociedad en la que vivimos, cuando se supone que hemos evolucionado, avanzado y crecido como personas, la realidad es que cada día parece que seamos un poco menos conscientes de la repercusión de nuestras acciones y estamos cada vez más lejos de ponernos en la piel de los demás.
El egocentrismo ha llegado a tal extremo, que ni nos acordamos que convivimos con más personas y somos capaces de pisar a cualquiera que se nos ponga por delante. Incluso aunque solo sea un niño de 12 años.
Es la historia que vivió Juan Sánchez, un niño argentino de 12 años que en sus vacaciones de invierno fue a pasar unos días a su ciudad natal. Y allí, durante unos talleres en la biblioteca de su localidad, Bahía Blanca, fue entrevistado por una cadena de televisión local, en la que el niño habló de sus aficiones, del arte, de su pasión por la lectura y de los gustos de cualquier niño de su edad.
Un año después, la cadena televisiva publicó (como hace con muchos otros programas) la entrevista en Internet. Y aquí comenzó el acoso a través de Internet y las redes sociales con mofas, burlas, memes, vídeos, canciones o tweets con insultos hacia en niño, escondidos detrás del anonimato de la red.
Si escribes el nombre del chico en Google, aparecen más de 200.000 resultados relacionados. Algo que pasa más a menudo de lo que parece, el problema es que esta vez no se trata de un político, un famoso, un actor o futbolista. Se trata de un niño de solo 12 años que no ha hecho más que contestar a unas preguntas. Un vídeo de una entrevista que no tiene nada relevante como para que hayan saltado las alarmas de esta manera y que se hayan lanzado a su cuello sin motivo.
El video es el que vais a ver a continuación. Lo ponemos porque como ya hemos dicho, no tiene nada de excepcional, ni motivos de burla o acoso y es más fácil para que entendáis la situación que vivió el chico.
Al poco tiempo de empezar con el ciberbulling, el famoso dibujante Liniers, quien había visto la entrevista y era consciente del acoso al que estaban sometiendo a Juancito, salió en defensa del chico a través de las redes sociales, se puso en contacto con él y le mandó muchos de sus libros e ilustraciones, apoyando al joven.
Un tema que llegó a tal trascendencia que la propia cadena de televisión salió en defensa del muchacho.
Este es solo un ejemplo de lo que muchos jóvenes se han enfrentado alguna vez a través de redes sociales o Internet. Y en esta ocasión no ha habido nada más que una inofensiva entrevista que se ha convertido en objeto de burla de unos impresentables.
Es por esto que desde Cayro somos muy conscientes del poder que tiene internet a la hora de expandir una noticia, un rumor o un acto que puede perjudicar a cualquiera. Y en este caso los más pequeños y los jóvenes son los más indefensos.
Como padres, debemos ser conscientes de todo a lo que se exponen nuestros hijos y hacerles entender el poder de Internet para que no sufran este tipo de acoso. Pero también debemos e inculcarles unos valores morales para que no sean ellos los que un día insulten, se metan o acosen a otros niños.
Es difícil expresar las emociones a cualquier edad, pero cuando eres niño resulta más difícil expresar y entender qué es lo que te pasa, lo que sientes o cómo lo sientes.
Pero es más complicado cuando hablamos de sentimientos que nos hacen alterarnos, cuando estamos enfadados, sentimos rabia, pena o tristeza. Porque lidiar con estas emociones no es fácil para nadie y cuando lo experimentas por primera vez, el desafío es aún más grande.
Y de eso trata este cortometraje de apenas 4 minutos, en los que la pareja Julie Bayer Salzman y su esposo Josh Salzman habla con distintos niños y niñas sobre sus emociones y cómo se sienten. A partir de aquí se crea una conversación uni lateral entre distintas opiniones, distintas voces que acaban hablando de lo mismo y sacando una misma conclusión: Solo respira. De ahí el nombre del cortometraje.
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¿Y cómo surge esta idea?
Pues sencillamente de la necesidad de hacer llegar a otros padres la importancia de mantener la atención en nuestros niños, para involucrarnos y ayudarles a mantener un estado emocionalmente saludable.
Y todo gracias a una conversación que escucharon de su hijo de 5 años. El pequeño mantenía una conversación con amigo suyo sobre cómo las emociones y sentimientos afectaban a diferentes partes de su cerebro y cómo había que calmarse a través de diferentes respiros.
Un ejercicio que nos ha hecho darnos cuenta de lo importantes que son los pequeños detalles y de saber responder y controlar los enfados, rabietas y desaires de nuestros hijos, porque su reacción se debe a la falta de información de lo que les pasa, cómo se sienten y cómo tienen que actuar en estos casos. Solo tenemos que ayudarlos.
Parece que cada vez va cambiando más rápido la forma de jugar de nuestros hijos. Hemos pasado de una generación que pasaba horas jugando a la pelota en la calle, al escondite, a la rayuela, la peonza y a historias de piratas con palos y banderas; a una generación en el que las tecnologías se han convertido en casi la principal herramienta de entretenimiento para los más peques, desde los videojuegos, hasta los móviles o los vídeos de Youtube para tener a nuestros hijos “distraídos”. ¿O más bien, desconectados?
Pues un poco desconectados de la vida real parece que sí. Porque enseguida que se aburren o que no saben qué hacer, cogen la tablet y se ponen a ver algún video o a jugar a alguno de los juegos que tenemos en el móvil. No les damos tiempo a que se paren a pensar, a que decidan cómo van a dejar de aburrirse, a explorar nuevas formas de entretenerse y a que recurran a su imaginación. Y esta es la etapa más importantes de la infancia de nuestro hijos, en la que el juego se convierte en la mejor forma de aprender.
Pero claro, todo depende de cómo utilicemos esas nuevas tecnologías. Porque también tenemos mucho que aprender de ellas y son muchas las nuevas aplicaciones y juegos que ayudan a nuestros hijos a fomentar el ingenio, les ayuda a pensar soluciones, a buscar alternativas y a agudizar la imaginación. Y eso es algo que también se tiene que aprovechar.
Con todo esto, en Cayro nos hicimos una pregunta, ¿qué sería lo mejor para todos? Y a partir de aquí sacamos varias respuestas que nos han llevado a inventar una nueva forma de jugar.
Unir lo mejor del juego tradicional, con lo mejor de las nuevas tecnologías.
Poder jugar en familia y con amigos.
Aprender jugando.
Y lo más importante, que sea divertido.
Y pusimos todas las cabecitas Cayro a pensar, hasta que creamos QUIZZERS, el nuevo juego de mesa para jugar en familia y con el móvil.
Un nuevo juego de mesa que une las características más comunes de un juego de preguntas y respuestas, con una aplicación móvil que nos permite jugar a toda la familia, tengas la edad que tengas. Porque gracias a esta aplicación de QUIZZERS cada jugador tendrá preguntas adaptadas a su edad, sin que los más mayores tengan que dejarse ganar y que los más peques puedan ganar de verdad.
Lo mejor de cada generación en un juego en el que podrá disfrutar toda la familia. Y que los niños disfrutarán seguro. Porque lo que más les gusta a estas edades es pasar tiempo con nosotros, sus papás, jugar y enseñarnos todo lo que han aprendido. Aunque muchas veces nos falta “ese tiempo” para dedicar en familia que siempre nos viene bien a todos.