La gamificación y la importancia del juego en el trabajo (I)

Seguramente muchos hayáis oído hablar o conozcáis la gamificación, y es que de un tiempo hasta ahora se ha puesto de moda, y no veáis cómo. Tal vez a otros solo os suene de pasada sin saber exactamente a lo que nos referimos. Así que vamos a empezar definiendo esta palabra y todo lo que engloba su significado.

La gamificación es definida como el uso de técnicas y dinámicas propias de los juegos y el ocio en actividades no recreativas. Es decir, el objetivo de la gamificación es introducir estructuras provenientes de los juegos para convertir una actividad a priori aburrida, en otra actividad que motive a las personas y las incite a participar en ellas. (Algo así como premiar con insignias ciertos logros a lo largo de una actividad.)

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Muchos podéis pensar que simplemente son juegos de motivación o que puede ser una tontería hacer esto cuando hablamos de trabajo y productividad. Pero todo lo contrario, la finalidad de la gamificación es la motivación, la productividad y las ganas de seguir mejorando a través del juego. Y esta es la parte que a nosotros más nos fascina.

No es algo nuevo, seguro que alguna vez habéis conseguido descuentos por comprar un producto en un tiempo determinado, conocéis las tarjetas de fidelización o habéis oído hablar del empleado del mes –Mediamark es el mejor ejemplo-.

Pero desde hace uno años hasta ahora -más o menos desde 2008- se ha empezado a dar forma a este término y a crear técnicas más complejas alrededor de la gamificación, sobre todo en el campo del empleo y las empresas, ya que ahora la tecnología permite diseñar acciones mucho más sofisticadas y eficaces.

Pero no es tan simple como poner a jugar a todos tus empleados y recompensar al mejor. Es algo más complejo. Lo primero que debemos hacer es fijar unos objetivos (mayor productividad, motivación, cooperación, etc.) y conocer las motivaciones de las personas a las que vamos a dirigir el plan.

PARA OBTENER BUENOS RESULTADOS, EL JUEGO Y LA RECOMPENSA ESCOGIDA DEBEN ADAPTARSE A LOS OBJETIVOS BUSCADOS.

Por ejemplo, si vamos a dirigirnos a directivos de alto nivel, el status y el reconocimiento por sus logros será lo que les motive a seguir mejorando y conseguir llegar al objetivo establecido. A estos se les suele recompensar con formación, días libres o la participación en proyectos más atractivos.

Un trabajo no debe ser simplemente una actividad obligada, sino que debe de ser una actividad motivadora, que nos aporte algo y nos guste. Y la gamificación en una forma de conseguir estos objetivos y hacer que una simple tarea se convierta en algo que nos ayuda a mejorar en el trabajo y nos motiva a seguir mejorando.

En Cayro hace mucho tiempo que nos pusimos a jugar y todavía no hemos parado. ¿Y queréis que os digamos un secreto? Todo nos ha ido genial, nos encanta nuestro trabajo y disfrutar de lo que hacemos es nuestro primer objetivo.

¿Preparado para disfrutar de lo que haces?