Raúl Bermejo da clase en el Colegio Árula de Madrid a niños de cuatro años y en su clase nadie se porta mal.
Hoy en día la enseñanza es bastante crítica, y hay niños que sufren si no saben escribir una letra correctamente o no saben resolver una suma simple.
Esta frustración, lejos de hacer que los niños mejoren, les crea miedos ante el aprendizaje. Cada uno es un mundo y en ellos el desarrollo madurativo no es el mismo.
Así que Raúl decidió hacer algo al respecto y enseñar al mundo lo que ayuda a un niño otro tipo de aprendizaje más creativo y colaborativo. Se hizo una cuenta de Instagram y empezó a contar su día a día en el aula.
Los niños aprenden todo lo que tienen que aprender, pero se divierten haciéndolo porque juegan, que es principalmente lo que tiene que hacer un niño a los cuatro años.
Juegan a inventar palabras, a definirlas, hacen cuentas con plastilina, y crean verdaderas obras de arte pringándose de pintura.
El programa que están desarrollando se llama ‘Creatividad’ y ahora también está empezando a aplicarse en primaria y secundaria, porque ser más mayor no significa que haya que dejar de jugar.
Y a nosotros nos encanta que se lleven a cabo estas iniciativas porque, como bien dice Raúl en una entrevista para El Huffington Post, el sistema educativo está planteado de una manera que no se tienen en cuenta las emociones, la creatividad, el talento y las inteligencias múltiples. Hay que acabar con los pupitres y con los exámenes. Tener en cuentan las características del niño, dejarle investigar. Menos trabajo individual y más cooperativo.